lunes, 18 de abril de 2016

CARIÑO

Y por ultimo, comentar la ultima cosa y no es por eso la menos importante.

La palabra cariño simboliza el aprecio que una persona puede llegar a sentir por alguien, fruto de una interacción muy próxima o fruto de lazos sanguíneos o de cualquier forma posible en la que se manifieste. Así,  una persona puede sentir cariño por sus padres, sus hermanos, sus amigos, sus pacientes, la humanidad, etc.
El cariño realmente es un sentimiento, resultado de una convivencia armoniosa con los demás, cuando la otra persona está pendiente y realiza cuidados hacia esa persona. El cariño permite exteriorizar el sentimiento de afecto que una persona siente por otra. El cariño se expresa de muchas formas, con obras, palabras, gestos, caricias, abrazos, miradas, etc.
Cuando te duele la cabeza acudes al médico con el objetivo de obtener un diagnóstico y que de la medicación adecuada en base a la enfermedad. Sin embargo, existen muchos tipos diferentes de medicinas y algunas de ellas son humanas.
 La receta del cariño es universal y extensible a todos los tiempos. Es decir, un abrazo ha servido de consuelo tanto a un hombre que perdió algo importante en su vida hace 100 años  que en nuestros días.
La sociedad ha evolucionado y cambiado de forma notable en los último años sin embargo el ser humano sigue siendo el mismo en cuanto a la ley de afectividad.
El cariño es la mejor medicina a nivel emocional  y  tiene un papel decisivo en la personalidad y en la salud psíquica de cada persona. Pero para poder recibir amor también debemos darlo y cultivarlo.
 Algunas personas tienen que liberarse interiormente para dar el paso de mostrar cariño sin ningún tipo de problema. En las relaciones humanas intentamos dar cariño y esperamos cariño de los demás. El dar y esperar cariño lo hacemos más o menos inconscientemente. Muchas veces se da afecto sin esperar nada a cambio, sin esperar una respuesta, pero difícilmente perduran demasiado estas relaciones, ya que la falta de afectividad va haciendo que nuestra relación se vaya debilitando, y va poco a poco volcándose hacia otras personas que nos acogen y nos pueden dar afecto sincero.
La afectividad es un elemento clave en el desarrollo humano, si ésta está minusvalorada, despreciada o simplemente poco cultivada el niño, la persona que crece o envejece lo hará con unas carencias y desajustes muy serios. Para un desarrollo integral de la persona necesitamos contar con el caudal de sentimientos que cada niño, cada joven, cada adulto, cada anciano posee.
Cuando nos dan cariño estamos psicológicamente más equilibrados, más serenos.
El sentirnos querido por los demás, especialmente durante la infancia, nos proporciona seguridad en nosotros mismos, nos sirve para reforzar algunos aspectos de nuestra personalidad, aumenta indirectamente la autoestima y nos ayuda a afrontar las dificultades de la vida, dentro de un clima de comunicación y adaptación social. Todo esto nos ayuda a un desarrollo y maduración de la personalidad.


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